Feliz Año Nuevo!
PAUTAS
PARA PREVENIR UNA RABIETA
1.
Comprueba que la rabieta no esté relacionada con las
necesidades básica (comida, enfermedad, sueño).
2.
Sustituye las órdenes por invitaciones: “si recoges tus
juguetes podrás ir al parque” en lugar
de, recoge tus juguetes, si no, no vas al
parque.”
3.
Dale alternativas cuando sea posible y no ofrezcas
opciones que no existen realmente: “prefieres el pantalón blanco o el azul” en lugar de “ponte
el pantalón azul.”
4.
No pedirle las cosas cuando hacer algo
es obligatorio: “hay que ducharse” en lugar de “¿te apetece que vayamos a la
ducha?”.
5.
Aplica refuerzo positivo a tu hijo: en
situaciones donde es más fácil que tenga rabietas, obsérvale y cuando se porte
bien díselo.” Me alegro de que hayas colaborado en poner la mesa”.
6.
Distrae a tu hijo cambiando su atención
a otra actividad: sabes que va a iniciarse una rabieta por ver un programa de
TV, antes de que empiece dile “vamos a dar un paseo al parque”.
7.
Establecer rutinas. Comer sobre la misma
hora, antes de dormir lavarse los dientes, ducharse a una hora concreta…
8.
Negocia un acuerdo y luego cumplirlo si lo hace: “Si lo pides
bien y sin llorar te compro el chupachup”
9.
Cuando una actividad va a llegar a su
fin, avisar con antelación para prepararlos: “en 10 minutos se apaga la tele y
nos vamos a la cama”.
¡ recuerda el sentido del humor y mucha
paciencia serán tus
aliados para manejar las situaciones.
Animo y fuerza!
Sumergete en un Verano SIN PANTALLAS. Actividades para disfrutar con los niños y niñas
Afrontando la Separación de los Padres: Guía para Familias.
Navegando por Mis propios cambios emocionales de la Mitad de la Vida junto a mi Adolescente
SINDROME DEL NIÑO/A HIPERREGALADO
En estas fechas navideñas los protagonistas
son los niños y niñas. Ellos son los que mantienen la ilusión y la alegría al
disfrutar de cada actividad, cada evento,
cada regalo. Los padres y madres,
junto a la familia extensa, se centran en qué regalar, qué quieren sus hijos/as,
qué le hace más feliz, intentan que no le falte nada de lo que piden, sin darse
cuenta qué consecuencias tiene colmarlos de muchísimos regalos.
Por ello, es importante hablar del concepto de “niño/a
hiperregalado” o “síndrome del niño/a hiperregalado”. Es una tendencia que se desarrolla más
frecuentemente en el siglo XXI. Se refiere al mal hábito de los padres, al que
se une en muchas ocasiones la familia extensa, de llenar de regalos a sus hijos,
posiblemente para suplir el hecho de no pasar tiempo con ellos o por querer
darle todo lo que desean.
Las consecuencias de este hábito son muy negativas:
- Se forman niños caprichosos, con falta de ilusión e interés.
- No valoran correctamente las cosas que tienen y se vuelven materialistas.
- Son niños con baja tolerancia a la frustración.
- Sobreestimulación.
- Se impide el desarrollo de la imaginación.
- La calidad del juego es peor.
-
Es importante destacar que el
juego es una necesidad básica para un buen desarrollo afectivo y social,
cognitivo y motor.
Al principio los niños/as juegan
de forma individual y va evolucionando hacia formas más sociales, primero con
los padres y luego con otros niños. En el
juego se implican las emociones, las primeras interacciones sociales. Toman
conciencia de seguir unas normas, de respetar a la otros niños/as.
Al jugar se pone en
funcionamiento la capacidad de representación y se desarrolla el pensamiento.
Aprenden a resolver conflictos y favorece la comunicación. Además, se
desarrolla el área motriz como la coordinación viso-motora, la motricidad
gruesa y fina.
Podemos concluir que el juego es muy importante en los niños
y niñas y hay que fomentarlo.
Y muy importante,
también, es el papel de los padres en él. Dedicarle tiempo a jugar con ellos
sin interferir en el juego solo seguirlo, es lo que más desean, para ello hay
que crear un espacio de juego en casa y elegir adecuadamente los juguetes.
Por estas razones, es vital evitar que nuestros hijos/as se convierta en niños hiperregalados. ¿Cómo hacerlo?
Teniendo claro la regla de menos, es más. Cuantos menos juguetes tenga su concentración será mejor y se mantendrá más tiempo jugando. Para ello una opción sería en estas fechas pensar en cuatro regalos:
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Cuento o libro según la edad. Para los más
pequeños hay cuentos sensoriales, táctiles o con sonidos que estimulan mucho.
Para los que ya saben leer un libro adecuado a su edad y que le guste.
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Ropa o accesoria que puedan usar.
ü
Algo que realmente necesiten, puede ser escolar
o de algún deporte o actividad que realicen.
ü
Algo que hayan pedido y que deseen. Aquí podemos
incluir algún juguete o regalar
experiencias en familia como un viaje, o un sitio que desea ir, en definitiva,
una experiencia compartida con la familia y donde se le dedique tiempo real.
Todo ello favorecerá:
- La atención y la calidad del juego.
- Su concentración será mejor.
- Sentirán más ilusión e interés.
- Valoraran más las cosas que tienen.
Podemos aconsejar para evitar la sobreestimulación, si en las fechas próximas reciben muchos juguetes:
- Llegar a un acuerdo los padres primero y luego pedir a la familia de que regalen menos. Una opción es que hagan entre varios miembros un regalo en común y de esta manera evitamos tantos regalos.
- En el día a día, cada semana elegir 2 o 3 juguetes para darle a vuestros hijos/as e ir cambiándolos cada semana o cada 15 días.
- Enseñar a los niños/as a que pidan de forma moderada y lo que realmente necesitan.
Algo más que mascotas
ALGO MÁS
QUE MASCOTAS
Cada vez hay más estudios que
muestran que la interacción de los humanos con las mascotas reduce el
estrés, la ansiedad, la depresión,
alivia la soledad, fomenta la realización de ejercicio físico y mejora la salud
en general.
Los animales sienten emociones de
alegría, tristeza, dolor placer, añoranza, miedo, seguridad y todos los demás
sentimientos que nosotros solemos sentir. En la naturaleza hay ejemplos muy
interesantes sobre la diversidad de sentimientos y emociones que manifiestan
los animales. Por ejemplo, la orca es uno de los animales más inteligentes, y es
considerado científicamente el animal más inteligente emocionalmente, incluso
más que el hombre. El quokka, un marsupial que vive en Australia, es el animal
más feliz, siempre está sonriendo. Mientras que el Tejón de la miel es el
animal más agresivo y el rinoceronte negro adulto prefiere estar en solitario,
ya que tiene poca tolerancia a otros animales.
Muchos estudios evidencian que tener una mascota en el hogar es positivo ya que promueve la conciencia, reduce el riesgo de ansiedad y depresión, ya que puede disminuir el estrés y la sensación de soledad, mejorar la salud del corazón, e incluso, ayudar a los niños en sus Habilidades Emocionales y Sociales.
La interacción de las mascotas con sus dueños aumenta los niveles de oxitocina, además de reducir el cortisol (hormona del estrés). También el juego con nuestras mascotas favorece la producción de serotonina y dopamina, importantes neurotransmisores que regulan el estado de ánimo.
Muchas mascotas, principalmente
perros, gatos, caballos, conejos o delfines, se utilizan con éxito en terapia de apoyo en consulta. La psicóloga
y formadora de terapeutas en la línea
Gestal, Loretta Cornejo (nació en Perú 1953) hace uso de animales domésticos en la terapia, y
afirma que en estas últimas décadas ha habido un importante incremento de la utilización de mascotas con fines terapeúticos. Las
terapias asistidas por animales sirven para tratar diversos problemas, así como
trastornos de conducta como la hiperactividad o patologías del espectro autista
y también acompañan y ayudan a superar algunos problemas emocionales o
psicológicos, como la fobia, los episodios de estrés o la depresión. El apoyo a
estos pacientes es imprescindible para garantizar su bien estar emocional y
psicológico y los animales con su simple presencia, ayudan a conseguir
mejora importantes. Una de las mascotas más utilizadas en terapias psicológicas
son los perros. Curiosamente, los perros no requieren ningún entrenamiento
específico y pueden obtener un certificado de apoyo emocional cumpliendo unas
normas básicas de convivencia y si tienen buena conexión con las personas.
Por el contrario los perros de asistencia son
entrenados ( a veces durante años) para ayudar a personas con algún trastorno o
discapacidad, como por ejemplo los perros de respuesta médica que detectan
ataques de epilepsia o bajadas de azúcar, o los perros lazarillos.
En fin, tener un animal en
nuestras vidas es tener la presencia de un ser que no nos va a juzgar